Lo bueno casi no se cuenta, pero lo malo, tampoco.
La salud es un sector complicado, un gran porcentaje de personas mueren debido a que no cuentan con la atención básica necesaria de forma adecuada e inmediata en hospitales públicos, lo que conlleva a tener una mala calidad de vida debido a esta falta de atención, medicamento o especialistas necesarios. Y estas lineas son consecuencia de esa indiferencia constante en el sistema de salud del estado de Tlaxcala. De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI) en México mueren cada año alrededor de 600 mil personas y según las cifras de este estudio al día de hoy la mortalidad de nuestra población se relaciona más con enfermedades de "nueva generación" en la que las principales víctimas son mujeres, jóvenes y niños. La economía del país ha empeorado por lo que ahora el dinero rinde menos y esto trae como principal consecuencias estrés producido por carecer de lo básico en el día a día y principalmente una mala alimentación.
Dice el presidente de la República que lo bueno casi no se cuenta, pues tampoco ¡todo! lo malo y lo malo también cuenta, y mucho. Puedo mencionar por lo menos diez casos de personas cercanas que no fueron atendidos en el hospital general de Tlaxcala y tres de ellos fallecieron, personas que desgraciadamente tuvieron que aguantar los malos tratos, falta de respuesta inmediata o la ineptitud y groserías por parte del personal de dicho hospital lo cual habla muy mal de esta institución y mismos comentarios empezamos a escuchar del Hospital Regional.
Les contaré resumidamente el caso de una joven que perdió la vida por falta de atención médica, Paola L. de tan solo 20 años, toda una vida por delante y madre de una pequeña de 4 años. Todo empezó con un desmayo y hablaron a la Cruz Roja, quien la atendió dijo que no era nada grave y que pronto iba a reaccionar. Desgraciadamente en ese momento no pudieron diagnosticar que se trataba de un derrame cerebral.
En el hospital general tampoco pudieron hacer nada puesto que no cuentan con un neurólogo, sus padres tuvieron que contactar y pagar los honorarios de un neurólogo de Puebla para que atendiera el caso de su hija; mientras tanto solo la sedaron y siguió pasando el tiempo, hasta el tercer día, el director del hospital se "dignó" a iniciar con el trámite necesario para enviarla a algún hospital de la ciudad de México que pudiera atender el caso de Paola.
Cuando la trasladaron hacia el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía el médico que la iba a acompañar pidió permiso para faltar y durante el viaje no llevaba suficiente oxígeno para la distancia a la que iban y salieron a las 11 de la mañana, cuando la cita en México estaba programada para las 13 horas.
Llegaron a México con prácticamente nada de oxígeno, la revisaron y como no llevaban un pase de entrada ya la estaban mandando a otro hospital. Gracias a la Senadora tlaxcalteca por Morena, a su equipo (Dr. Alex Ortiz) y a muchas llamadas para pedir “el favor”, Paola fue recibida e intervenida inmediatamente. Por desgracia fue muy tarde, la pudieron estabilizar para una primera operación, pero no resistió la segunda, falleció por no contar con la atención inmediata y adecuada, ella luchó, sus padres lucharon, muchos intervenimos pero de nada sirvió.
Mi preocupación es doble. Primero, no representa una prioridad para el gobierno el sector salud y dos, que la apatía de los servidores públicos hacia la ciudadanía está aumentando. Los malos tratos son un pan del día a día, las muertes, falta de atención, extravío y/o pérdida de expedientes se ven en todos lados y desafortunadamente estos casos no son denunciados. Por otro lado también debemos reconocer que hay muchos médicos, enfermeras y empleados en el sistema que hacen su máximo esfuerzo para dar una atención de calidad a los usuarios.
Varias personas me comentan que no saben dónde quejarse o qué hacer en estos casos, yo les dejo una forma en la que pueden ser escuchados, las redes sociales, ¡si! así como los XV años de Rubí se hicieron virales, de la misma forma hagan uso de las redes para levantar la voz y dar a conocer estos casos de negligencia. Expongamos a esos médicos e instancias que los hacen dar veinte vueltas, que no los atienden o maltratan; expongan a esa trabajadora que perdió su expediente, evidenciemos la falta de medicamentos y de especialistas.
Para atender un problema hay que aceptar que existe ese problema. El México del que hablan en los discursos políticos para mí está fuera de esta realidad. Miles de empleos generados, mejores salarios, excelente atención médica, escuelas de calidad, y otros tantos beneficios. ¿Dónde? ¡Clara muestra, el gasolinazo!
Hay que seguir muy de cerca las acciones que tome el actual gobernador de Tlaxcala y su gabinete. En su discurso de toma de protesta mencionó el tema salud y su importancia, también hay que estar atentos al trabajo que realicen nuestros diputados locales y sobre todo que el presupuesto que sea destinado al sistema de salud realmente sea para temas prioritarios, como mejoramiento de la infraestructura hospitalaria (principalmente la zona de urgencias) y contrato a especialistas necesarios. ¡En fin! hay que estar atentos y cuestionar las acciones de nuestros gobernantes, porque esa es su OBLIGACIÓN, servir y rendir cuentas a la ciudadanía.