Como me trates, serás tratado
Desde el año 1982, todo el mes de agosto se decretó para conmemorar, internacionalmente el mes de la vejez; y en México se determinó que el día 28 del mismo mes sería considerado como el Día del Anciano. Muchos de nosotros tuvimos o tienen la fortuna de haber convivido con sus abuelos, esas personitas que siempre te apapachan, que te dejan comer todo lo que quieres, te cuentan cuentos, siempre te tienen una sorpresa, en mi caso, me enseñaron a tejer a bordar, a hacer postres; quien creció con sus abuelos puedo asegurarles que tuvo una infancia absolutamente feliz.
Podemos ver a muchos adultos mayores que lejos de ser admirados, frecuentados por sus hijos o nietos, vistos como los sabios, personas con experiencia que pueden compartir sus conocimientos, ahora son considerados unos estorbos y en ocasiones hasta explotados laboralmente.
Durante el mes de agosto se tuvieron varios eventos enfocados y hechos especialmente para los adultos mayores, tanto gobierno estatal como municipal de Tlaxcala pusieron atención en ese sector de la población, pero no debemos dejar como siempre todo en manos de gobierno, hay que ser responsables y hacernos cargo de nuestros familiares que ya son de la tercera edad, mantenerlos ocupados, que convivan con gente más joven, pónganles una tarea diaria, el chiste es que se sientan útiles.
Personalmente me da un poco de miedo llegar a cierta edad, donde empiece a vivir sin calidad de vida, a sufrir enfermedades sin cura, a perderle el sentido a mi existir, a la soledad y a ser una carga para mi familia, pero creo que depende con que ánimo se vea la vida, como dijo Gabriel García Márquez –extracto de la marioneta- “A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido”.
Todos los que tengan aun con vida a sus abuelos, deberían ir a visitarlos o tomar el teléfono y al menos llamarlos para saber cómo están, he comentado en columnas anteriores que la vida se nos puede ir en un abrir y cerrar de ojos, y por lo tanto no hay que quedarnos con las ganas de nada. Visiten a sus abuelos, escúchenlos, apapáchenlos, díganles cuanto los quieren, aliéntenlos a que vivan con ánimo, que sean optimistas, no sabemos cuánto tiempo más van a estar con nosotros.
Hay que vivir con intensidad cada día y disfrutar cada momento para tener una muerte en paz, así como tratas, serás tratado, así que hay que ser agradecidos y educados con todos los adultos mayores.
Les dejo un poema, que era uno de los favoritos de mi abuela paterna (Mayito), es de Amado Nervo:
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
