Mujeres y hombres
La gran diferencia entre hombre y mujer se ha formado a través de la cultura. El término “género femenino” y “género masculino” es muy ambiguo ya que todos somos seres humanos y tenemos la misma esencia y es por eso que debe quedar claro que la lucha continua a favor del empoderamiento de la mujer no va encaminada contra el hombre, ni a hacer menos al hombre, sino mas bien en contra de un sistema y contra una cultura injusta que degrada a la mujer y la hace ver como un ser que solo es apto para ciertas tareas.
Sabemos que en una misma sociedad existen distintos grupos sociales y mucho influye el que hayas nacido en una comunidad indígena o en las Lomas de Chapultepec; por eso es que en México hay diferentes tipos de violencia y dentro de estas muchas veces la que nosotros mismos nos aplicamos porque seguimos viviendo en una sociedad discriminatoria, desde que no es lo mismo ser güerita a morenita, por ejemplo, siendo estas diferencias que se van aprendiendo desde la infancia y van de generación en generación.
Se debe fomentar la igualdad a través de la educación (no solo en el hogar), porque creemos que a la escuela solo se va a acumular conocimientos cuando mas bien se necesita información que permita que desde pequeños se aprenda a acabar con los esquemas dominantes, de discriminación, de rechazo, el bullying, las agresiones físicas y verbales, es decir, una orientación fundamentada en la igualdad.
Se han ido moldeando a través del tiempo las ideas de lo que es propio del hombre y de la mujer, estas no son iguales a las de nuestros abuelos ni a las que tendrán las futuras generaciones. Se ha evolucionado, ¡sí!, más seguimos arrastrando ideas antiguas. Al día de hoy nos encontramos con historias de empresarias o presidentas municipales que antes de salir de la casa tienen que dejar hecho el desayuno, llevar a los hijos al colegio y que regresando de su trabajo tienen que llegar a lavar ropa, hacer la cena (y no es porque su marido no pueda), o no tengan quien lo haga, sino mas bien porque que aún tenemos esa idea de que el trabajo doméstico es obligación de la mujer; Lo cual no está mal, vaya, hay mujeres que son felices siendo amas de casa; el problema es que siendo mujer no tienes muchas opciones para poder conjugarlo todo, o eres esposa y madre o eres empresaria o política.-
Hombres y mujeres no tienen igualdad en condiciones de vida ni mismas oportunidades en la vida laboral. La mayoría de las mujeres que están en algún cargo político están solteras, no tienen hijos, o su matrimonio terminó en un divorcio, pareciera ser que una mujer exitosa en el ámbito profesional está destinada a vivir sin una pareja.
No hay que dejar de lado a tantas mujeres que hace años salieron a la calle a pelear por los derechos que ahora se tienen como lo son: Esperanza Brito Martí, Sor Juana Inés de la Cruz, Doña Leona Vicario, Florinda Lazos de León, entre muchas otras. Las ideas han ido cambiando, hoy en día las mujeres votan, ya pueden utilizar pantalones sin ser “mal vistas”, decidimos sobre nuestro cuerpo y el si u no estudiar una carrera. Algunas de las mencionadas fueron a la cárcel o enfrentaron violencia, censura y criticas, pero gracias a ellas se ha ido ampliando el camino a otras porque ya habemos mujeres haciendo cosas que solo hacían los hombres, y hombres empiezando a hacer cosas que solo eran propias de una mujer.
Lo que se debe hacer es seguir promoviendo estrategias y leyes que permitan la igualdad de género y de condiciones, aprovechando la lucha a la que otras mujeres se enfrentaron; sé que no será inmediato, pero si depende de las acciones de organizaciones, instituciones y sobre todo, de mujeres informadas, preparadas y decididas.
Esto se pudiera parecer a un tema feminista, pero simplemente creo que es porque estamos en transición hacia una democracia más solida.
“El amor ha sido el opio de las mujeres, como la religión el de las masas. Mientras nosotras amábamos, los hombres gobernaban” - Kate Millet