Pégame pero no me dejes
Muchas de las razones es por las que sigue existiendo la violencia hacia la mujer es porque nosotras mismas lo permitimos o ni siquiera nos percatamos. Me reuní con un grupo de mujeres en el municipio de Tetlanohcan, todas ellas tenían un común denominador, son mujeres que tienen problemas con su exmarido o marido, diferentes historias, pero coinciden en que han sido maltratadas, insultada, violentadas, dejadas, han tenido que soportar y algunas hasta aceptar que el marido tenga otra y lo peor que muchas de ellas están en pleitos legales por qué les quieren quitar su casa y dejarlas sin una pensión para los hijos.
Fueron más de 10 mujeres que me dejaron impactada con sus historias, mientras las escuchaba, me di cuenta de que muchas de ellas sufren del “pégame, pero no me dejes”, porque si me dejas no tengo amigos, no tengo casa, no tengo pasatiempos, no tengo vida. Muchas de ellas no saben ni a dónde acudir para denunciar maltrato físico, muchas de ellas no tienen los recursos para pagar un abogado, desafortunadamente en el estado de Tlaxcala tenemos muy arraigada la actitud de sometimiento por parte de la mujer, es mal vista la mujer que se queja, pues el hombre la "mantiene" y es la máxima autoridad de la casa.
La violencia no es solamente física, una persona que te dice que tu familia es menos, que tus planes y sueños son tontos, que nunca permitirá que destaques más que él, que tus amistades son malas, que no te deja salir sin él o que estas gorda, está violentándote, porque te quiere volver insegura y dependiente a él. En otra reunión pero con un grupo de mujeres de Tlaxcala, me di cuenta de que la violencia que más vivían era la psicológica, tan simple como que tu novio te compare con otras o voltee descaradamente a ver a alguien más.
Un hombre que no te deja pensar, sentir, hacer y ser quien eres, está violentando tu vida y libertad, los golpes e insultos solo son consecuencias de un problema más grande, porque para llegar a ese punto a ti ya te debieron haber anulado como ser humano. Una mujer que permite que la violenten es una persona que ha perdido el amor propio, pero el poder recuperarlo está en nosotras, el primer paso es aceptar nuestra realidad, una de ellas me comento: “Yo soy una mujer que vive la violencia y puedo decirlo así: ya no soy yo, soy alguien que me hicieron creer, me volví parte de la estadística pero no quiero seguir viviendo sin mí”.
Sé que como ella, muchas de ustedes podrán librarse de hombres tóxicos, fíjense en las señales, en un inicio la violencia se presenta de manera muy sutil, por medio de chantajes, “no quiero que te vistas así, porque alguien más te puede ver, y no quiero perderte, porque te amo”, empiezan haciéndote creer que los celos excesivos son parte de su gran amor y miedo a perderte. ¡Cuidado! La violencia hacia la mujer va más allá de la edad, nivel socio-económico, nivel académico, a mi parecer es una enfermedad, que las anula como personas, hasta el punto de destruir toda su confianza, y volverlas adictas al sufrimiento, con tal de llegar a ser suficientemente buena para él.
